Cómo vivir el vino en Chile a través de enoturismo con realidad aumentada
La publicidad inmersiva y las experiencias sensoriales están transformando el enoturismo en Chile. Novedosas tecnologías como realidad aumentada, proyecciones digitales y aromas interactivos, permitirán que los visitantes vean, sientan y experimenten el vino.
Experiencia inmersiva
A 30 minutos de Santiago, el Centro del Vino inmersivo de Concha y Toro ofrece seis nuevas zonas temáticas:
- Centro del Visitante: Su inauguración será en 2026.
- Plaza Concha y Toro: Es el punto de encuentro entre vino y gastronomía. Incluye la reconstrucción histórica de la bodega del siglo XIX, con exposiciones de artistas y artesanos nacionales.
- Experiencia sensorial Casillero del Diablo: Recorrido que cuenta el origen de los valles vitivinícolas, la elaboración del vino y la leyenda del Casillero del Diablo, incorporando aromas y colores.
- Bodega de Guarda Don Melchor (apertura en 2026): Experiencia exclusiva la cual será en torno al Cabernet Sauvignon.
- Espacios de degustación privilegiados: Una serie de catas guiadas por sommeliers en terrazas y salas especialmente diseñadas.
- Parque centenario y Casa Don Melchor: Recorrido a lo largo de 22 hectáreas de áreas verdes, donde se visita la histórica Casa Don Melchor, declarada patrimonio nacional.
Este proyecto busca reforzar la posición que tiene Chile en la escena mundial del enoturismo, mejorando cómo se comunican las marcas con sus consumidores, con experiencias, emociones y sensaciones memorables.
Imágenes rescatadas de https://conchaytoro.com/
Regiones
Este modelo innovador marcaría un antes y un después en el mundo del vino, que podría replicarse en distintos valles vitivinícolas como Casablanca y Leyda, en la Región de Valparaíso, combinando espacios patrimoniales con recorridos presenciales con capas digitales interactivas mediante realidad aumentada, para crear tours híbridos únicos.
En estos casos, la innovación tecnológica moderniza el turismo, conecta al visitante con la cultura, identidad y patrimonio vínico chileno, al integrar experiencias sensoriales y narrativas digitales. El enoturismo chileno se coloca a la vanguardia mundial, ofreciendo a los turistas algo más que un producto: una experiencia emocional e inolvidable.